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Papel de la vitamina C y los β-glucanos sobre el sistema inmunitario: revisión

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La vitamina C es un micronutriente al que tradicionalmente se le ha reconocido un poder ante infecciones agudas, refriados comunes, etc., y cuya efectividad sobre el sistema inmunitario ha sido estudiada. La utilización de suplementos de vitamina C todos los días una práctica bastante extendida para prevenir los catarros no está justificada, puesto que este efecto no se ha comprobado en la población general.


El ácido L-ascórbico o vitamina C es un donador de electrones que contribuye a la prevención del daño oxidativo. Dicho mecanismo resulta beneficioso en enfermedades humanas tales como la aterosclerosis (a través de la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad), la diabetes tipo 2 (a través del estrés oxidativo en la célula beta) y el cáncer (a través del mecanismo de reparación del ADN y daños relacionados con la oxidación del ADN). En adición, el ácido L-ascórbico es esencial para la biosíntesis de colágeno y L-carnitina (importante para la integridad de la membrana durante el embarazo y para la conversión de la dopamina a noradrenalina).


Ayuda en la síntesis y el metabolismo de la tirosina, el ácido fólico y el triptófano, la hidroxilación de glicina, prolina, lisina, carnitina y catecolaminas. También aumenta la absorción de hierro en el intestino mediante la reducción del férrico al estado ferroso. Como antioxidante, protege al cuerpo de diversos efectos perjudiciales como los radicales libres, los contaminantes y las toxinas, lo cual supone un papel importante para el sistema inmunitario.



Consecuencias de su deficiencia

  • Disminución del interferón, actividad de los linfocitos T y la producción de colágeno.

  • Disminución de la resistencia a las enfermedades.

  • La suplementación con altas dosis, estimula la actividad fagocítica y la actividad de linfocitos T.

Las concentraciones de vitamina C en plasma y los leucocitos disminuyen rápidamente durante las infecciones y el estrés. La suplementación con vitamina C parece que mejora los componentes del sistema inmune humano, tales como actividades antimicrobianas y de células Natural Killer (NK), la proliferación de linfocitos T, la quimiotaxis e hipersensibilidad de tipo retardado, el aumento de la producción de citoquinas y la síntesis de inmunoglobulinas18. La vitamina C contribuye en el mantenimiento del estado oxidativo de las células y de esta manera las protege contra ERO generadas durante el estallido respiratorio y en la respuesta inflamatoria.


La ingesta de vitamina C parece estimular las células Natural Killer y desacelerar la disminución de linfocitos después del ejercicio. La vitamina C podría contribuir también a la mejora de la quimiotaxis de neutrófilos y acelerar el proceso de recuperación de infecciones. La vitamina C administrada de manera conjunta con β-glucanos, podría reducir la frecuencia de infecciones de vías respiratorias y tener un papel en las infecciones urinarias.


La ingesta de β-glucanos se cree que mejora la capacidad de actividad de macrófagos, neutrófilos y células NK, además de poseer actividad radioprotectora y antioxidante. Administrados de manera conjunta, parecen disminuir la incidencia de infecciones respiratorias y aumentar el número de células NK.


Los β-glucanos podrían, además, modular la respuesta inmunitaria contribuyendo a aumentar la respuesta leucocitaria, produciéndose así mediadores de inflamación. Finalmente, el aporte de β-glucanos parece producir un cambio en el nivel en suero de interleuquinas en pacientes con cáncer de mama, sugiriéndose así como terapia complementaria y agente inmunomodulador.


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